Dar y recibir. Este es el deseo al iniciar mi comunicación con la blogosfera (!qué expresión tan pedante ! ). Mensaje en la botella y ...!a esperar!
miércoles, 16 de diciembre de 2009
El erizo
Creo que hace más de un año que leí esta gran novela de Muriel Barbery.
Ahora, una directora- novel - la ha llevado al cine.
La verdad es que ha hecho un gran trabajo. No era fácil traducir el trasfondo filosófico que pesa en los personajes.
Digo "pesa" y esa es la sensación al leer lo que Paloma (Garance le Guillermine) piensa y dice. Esta niña de once años, tan compleja y madura, tiene en la obra una gran depresión ante el futuro: ve el mundo como una pecera de donde - como los peces en la suya- no se puede escapar.
Quiere huir de esa condición de enjaulamiento en la que ve inmersos a sus padres y a todo el pequeño mundo que la rodea.
Su decisión está tomada desde el principio: se suicidará en unos pocos días, cuando llegue su cumpleaños y, para ello ,va robándole a su madre - neurótica y esclavizada a un psicoterapeuta- pastillas antidepresivas. Se las tomará porque la muerte - en sus reflexiones constantes- sólo es dejar de sentir.
Antes de ver la película leí la crítica de Jordi Costa en El País y temí lo peor. Sus palabras daban a entender que Mona Achache, la directora, había filmado otra Amélie, que el resultado era almibarado y cursi... ¿Dónde vio eso?
Estuve a punto de no ir a verla . No estoy, en absoluto, de acuerdo con su crítica.
Por supuesto que ha aligerado lo que la novela tiene- y tiene mucho- de profundización psicológica y filosófica : incluso pienso que en demasía para una novela.
Pero el resultado no la traiciona.
Sólo he hablado de Paloma: son dos personajes más los que dan sentido a esta historia.
Renée, la huraña portera del edificio de lujo donde vive Paloma y a la que ésta descubre.
En su intimidad es una mujer refinada y culta, que no desea ser visible para los inquilinos.
Ellos no la ven. Ella no los aprecia.
La interpreta la directora de cine Josiane Balasco que se mete en los viejos calcetines y las hechuras -desgarbadas y peor trajeadas- de Renée , con gran talento.
Paloma , siempre grabando cámara en mano y observando , viendo cómo son en realidad los que la rodean , descubre a una persona que la entiende y con la que llorará como con una madre.
El último personaje cierra el triángulo : un japonés exquisito se muda al edificio.
No puedo contar más, si alguien me lee, le estropeo la película.
Sólo me queda una duda y es zoológica ( y de traducción) : ¿ en francés es "hèrisson" un erizo?
Si puerco espín y erizo son lo mismo, bien. Porque lo que Paloma dibuja no es un erizo de mar, sino un puerco espín y... este le conviene más a la historia.
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