lunes, 9 de junio de 2008

La elegancia del erizo

Hace unos días terminé de leer esta curiosa y muy bien escrita, novela de Muriel Barbery.
Desde el principio te engancha con un planteamiento tan inteligente. Es la estructura "en capas"- representada por dos protagonistas que observan la vida de su inmueble y analizan el comportamiento humano representado por los habitantes del Nº 7 de la calle Grenières. En ellos- a través de ellos- se refleja el comportamiento humano, especialmente de dos estratos sociales : los muy bien situados y sus sirvientes. Aunque de estos últimos sólo sean dos personajes y como arquetipos no resultan, pues superan en mucho el listón. Aquí , probablemente, falle algo la autora, habría que buscar mejor el equilibrio. No resalto más, pues podría ser que alguien me leyera !por fin! y quisiera seguir con la novela, no hay que explicar demasiado. Esa particularísima portera, personaje central, llena de ironía y escepticismo, tiene su reflejo en una niña de 12 años, superdotada e igualmente desengañada. La trama los va enredando y en su transcurso, la autora despliega una cultura muy francesa, diría que enciclopédica, algo que, en mi opinión podría recortarse un poco, no se trata de abrumar al lector. En resumidas cuentas, se lee muy bien, profundiza lo suficiente y está bien escrito. Esto- el estilo literario de Muriel Barbery- sí que es muy destacable.

Al acabarla, veo que todavía los españoles no hemos perdido parte de nuestra idiosincracia, no sé decir por qué, pero este reflejo de la sociedad francesa tiene y no tiene que ver con nosotros.Son pequeños matices- por ejemplo, el que se conserve el trato de Usted entre personas que conviven a diario, las referencias culturales en la conversación, y no digo las diferencias entre las clases sociales, porque a tan alto nivel, probablemente en España suceda lo mismo.