martes, 20 de enero de 2009

Un día en el campo .


Era martes y era trece. Pero estábamos dispuestos a pasar el mejor día de campo del año y lo conseguimos.
Por una rarísima casualidad ese día lucía un sol brillante y un cielo limpio- tras las interminables lluvias que este año hemos tenido- en definitiva: un día perfecto.

Queríamos seguir la ruta de los almendros en flor, desde Valsequillo a San Mateo, pero la carretera estaba en obras.
Era temprano y otra alternativa era verlos- en menor abundancia- yendo a Santa Lucía de Tirajana. Tras dejar Telde atrás, nos adentramos hacia Agüimes y el panorama cambió. Las montañas aparecían verdísimas y cubiertas de espuma , una masa esponjosa de hierba tierna y árboles brillantes por los intensos lavados de la lluvia. No nos acercamos a las presas, que no están muy llenas pues las aguas caídas lo han hecho con más intensidad en el Centro de la isla y no en el Sur, donde están los grandes embalses.
Agüimes y el barranco de Guayadeque son dos lugares que me encantan. El pueblo está muy cuidado, yo diría que mimado, por un magnífico alcalde - Antonio Morales- , hay que decir su nombre pues honra a la casta política, esa "profesión" que no sabe para qué los elegimos ( más bien, ellos sí saben a qué van...pero esa es otra historia ).
Llegamos a Temisas y bajamos a estirar las piernas : el paisaje se abre hasta el mar en un enorme valle rodeado de hermosas montañas y muchas palmeras. Estas palmeras son como las describió Unamuno:
Es una antorcha al aire esta palmera
verde llama que busca el sol desnudo
para beberle sangre, en cada nudo
de su tronco cuajó una primavera.

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La sangre de un volcán, que enamorada
del padre sol se revistió de anhelo
y se ofrece, columna, a su morada.

Este soneto es de los que mejor esencializan el conocimiento- y el amor- que llegó a sentir por las "desnudas" Canarias el gran rector.

Nuestro viaje continuó a Santa Lucía. Allí han preparado una magnífica zona de recreo, para pic-nic y asaderos con muchas mesas y bancos protegidos del sol y a diferentes niveles para que nadie se estorbe y a los niños les han dedicado una zona de juegos para que no "estorben" el descanso de los padres.
Comimos , charlamos y mientras disfrutábamos de aquella panorámica abierta y soleada. Hacía un poco de frío, el justo para beber un té caliente del termo que había preparado.
El paseo posterior por el pueblo terminó con la visita al "castillo" contruido por D. Vicente Sanchez Araña quien construyó el Museo de la Fortaleza por su amor a la arqueología. Hay por esos pagos muchos yacimientos guanches y D. Vicente dedicó toda su vida a investigar y conservar el patrimonio. Terminó haciendo una Fundación porque su colección es muy importante. El Museo Canario quiso que se la cedieran, pero sus hijos han velado por cumplir los deseos del padre. Incluso terminaron de construir la ermita y cumplieron la promesa : trasladar los restos de sus madre y padre allí y continuar la conservación del Museo.
Estos canarios , como el Dr. Chil y Naranjo, que junto a un grupo de amigos creó la Fundación y el Museo Canario, son ejemplo de amor a su tierra, algo que no suele abundar hoy en día por estas tierras asirocadas y en manos de la especulación.

Festival de Música de Canarias


Ha sido un mes atípico. De entrada, mucho frío y lluvias casi a diario. No parece mi isla, todos hablamos de lo mismo. !Claro! si nadie tiene un radiador- o casi nadie- aunque supongo que muchos este año habrán comprado uno...

Pero no hablemos del tiempo, que ya está bien.

El Festival de Música ya está en su apogeo. Ayer oímos a la Filarmónica de Viena, dirigida por Lorin Maazel.
Interpretaban la 7ª de Mahler que nunca había oído: ni frío ni calor. No me emocionó ni la magnífica interpretación, ni la mejor dirección, porque es una composición a la que no le encuentro tema. Muy "llena" de instrumentos, pero sin hilo argumental. Sin cohesión. Al final, el público aplaudió con calor, pero lo achaco, más bien, a que el día anterior esa misma orquesta había tocado un "popurrí"- no encuentro otra forma de describirlo- de Wagner y El anillo de los Nibelungos, ensamblando una pieza con otra, sin más ni más, con resultado más bien desangelado.

En cambio hemos tenido una gran suerte con la programación de dos Pasiones según San Juan: la primera, contemporánea de la rusa S.Gubaidulina dirigida por Valeri Gergiev y la Orquesta del Teatro Mariinski : fue espectacular.
Saber de música y tener un fuerte espíritu religioso es lo que desprende esta composición que rompió con la tradición de "Estrenos Mundiales" de autores contemporáneos a los que este Festival nos tenía acostumbrados ; no gustaban a casi nadie, pero la causa queda en evidencia al comparar con grandes composiciones como esta. Sus autores "hacen" música de andar por casa- aunque crean ser geniales- Gubaidulina traspasa de emoción y espiritualidad y las ovaciones lo confirmaron.

La otra Pasión fue la de Bach y la orquesta y coro de la Bach Collegium Japan dirigida por un magnífico regidor : Masaaki Suzuki.
Sin muchos instrumentos, con un coro apabullante donde se integraban los solistas - !y qué voces!- con instrumentos antiguos, la Pasión fue brillante y perfecta. Bach se habría emocionado oyéndolos.
La comparación entre ambas es interesante, se podría decir, muy sintéticamente, que el dramatismo de la versión rusa era oriental y más profunda que la obra del gran Bach que resulta hermosísima y vibrante, la tristeza no es el motivo central, más bien lo es la propia música.

Queda mucha música todavía hasta que termine el Festival. Temo que el próximo no pueda ser como estos años, la crisis se ha ido presentando como lo que "algunos" sabían, pero ocultaron.
No quiero ser frívola con este tema, yo a mi "música" y los demás que se las arreglen.
Si se tiene que suspender temporalmente, pues eso debe hacerse. Todos estamos en el barco y todos debemos remar .
Este año el gasto social debería ponerse en primerísimo lugar.