martes, 22 de julio de 2008

Fin de Curso

Este mes de julio siempre ha sido el más esperado : ser profesora de Instituto durante treinta y tres años me hacía esperarlo ardientemente. Era el respiro anual en que podías olvidarte de todo: alumnos, notas, evaluaciones, trabajo, correcciones , más trabajo, stress, nervios, insomnio...

Tantos años y no he podido acostumbrarme , cada Septiembre de cada año me he enfrentado al nuevo curso con la agobiante sensación de tener que escalar una enorme montaña, una montaña interminable cuyo recorrido se hacía día a día, unas veces con optimismo e incluso ganas de ir a determinada clase, otros - por desgracia, los más - sabiendo que cada hora iba a significar un esfuerzo grande del que saldría rendida.

Cuando me ha tocado un grupo bueno, incluso buenísimo, les he cogido tanto cariño que el último día de clases no he podido dirigirles unas palabras de despedida porque se me hacía un nudo en la garganta y no he querido llorar delante de ellos ( que además, suelen estar tan alegres por esas fechas - y mucho más si el grupo es bueno, pues sus notas suelen ser espléndidas en casi todo-).

Me quedan de recuerdo las fotos de todo el grupo que sacábamos a los COUS y después a 2º de Bachillerato y sigo viéndoles tal como entonces eran...por eso me cuesta reconocerlos cuando alguna vez tropiezo con alguno. Me encanta que me paren y me recuerden sus nombres ( suele darles un poco de reparo saludarme si aún son muy jóvenes, pero me doy cuenta de que eso se les pasa si ya han llegado a la treintena).

También es gratificante encontrar alumnos que te han dado toda la guerra de este mundo y más...presentándote a sus propios hijos y riéndose cuando les advierto que como se parezcan a su madre o a papá se van a enterar de lo que pasamos con ellos.. He tenido alumnos de varias categorías profesionales : muchos abogados, algunos médicos, una fue alcaldesa, dos o tres concejales y , de la última hornada LOGSE , por desgracia, he visto a muchos en supermercados, detrás de las cajas registradoras...También he reconocido alguna cara en un drogadicto y una muy demacrada me saludó y me hizo ver lo mal que estaba, echándose ella toda la culpa por no haber estudiado ( tengo que decir que tras larga charla no me pidió nada, sólo nos despedimos con pena).

Jubilada, el mes de julio es uno más, incluso un mal mes pues la panza de burro, esa nubosidad permanente que oscurece el cielo los meses en que soplan los alisios, me deprime,cuando antes ni me daba cuenta...