miércoles, 15 de julio de 2009

KathArina Wagner !Lagarto, lagarto!

Ayer fuimos a ver TaNnhäuser la extraordinaria ópera de Wagner.
Fue, musicalmente hablando, posiblemente la mejor representación de una Ópera que yo haya escuchado.
Todos - y eran un elenco numerosísimo- tenían una calidad por encima de lo común. Supongo, además, que deben estar especializados en cantar la obra de Wagner, pues en verdad, este autor requiere unos cantantes con absoluto dominio del canto. Además, el timbre y la fuerza de las voces del tenor y las sopranos eran apabullantes, pero no desmerecían los papeles secundarios, pues ya digo, todos estuvieron a gran altura.

El coro eslovaco también fue emocionante. !Qué belleza de voces y qué bien ensamblados! Todas sus intervenciones brillaron, y por supuesto fue bellísima la entrada del coro de peregrinos con sus voces lejanas que van llegando...

En el entreacto ( de cincuenta minutos el primero y treinta y cinco el segundo ) los corrillos aquí y allá...lamentando que "la Wagner" hubiese echado a perder tal espectáculo.
Alguno acertó al decir que esta ópera sería sublime si cerrásemos los ojos y sólo escuchásemos...

Esta "escenógrafa", y lo entrecomillo pues no creo que sea tal ¿Habrá dirigido, diseñado vestuario, escenografía...alguna vez?

No se trata de que quisiese ser más vanguardista que nadie. Eso se consigue con arte. ( En España tenemos entre otros a "La Fura" y lo sabemos bien ).

Desde el principio resultó grotesco y disparatado. Absurdo e incoherente.

Es que era imposible no reírse viendo la disparatada historia que se montaba minuto a minuto.
La historia iba por un lado...y lo que veíamos representar con gestos, vestuario o escenario parecían empeñados en contar lo contrario. En vez de sumar arte al arte, restaba.
Costaba trabajo seguir la historia; esta biznieta de Wagner no hizo honor a la composición y se propuso contar otra historia de la que estábamos escuchando.
Pero, al hacerlo, maltrataba a sus cantantes haciéndoles parecer ridículos ( o cómicos ) como sucede en el 2º y 3er Acto :
Los coros - vestidos de fucsia brillante ellas y de azul turquesa ellos- tocados con una peluca rubia platino ellos y ellas , con un diseño entre de bailarines orientales o muñecas extrañas, sumaban a esto el que debían permanecer- como los jeroglíficos representan a los faraones- hieráticos y con los brazos cruzados sobre el pecho...durante todo el acto, que no es corto precisamente.

En el Tercer Acto dos figuras- no tengo forma de señalar quienes eran- una mujer vestida de cadáver resucitado- calavera incluida- se pasaron la hora y media atravesando diagonalmente el escenario a paso de sonámbulos , cruzándose interminablemente y el personaje masculino, además, debía darse un cabezazo cada vez que llegaba a una pared.
Entre tanto, Tannhäuser, salía por una puerta distinta y cada vez con una vestimenta a cual más ridícula : de travestí de cabaret de tercera, de Papa, con un cisne negro gigante en la mano al que desplumaba y retorcía el cuello como si de cargarse elModernismo se tratara ( "Retuércele el cuello al cisne", me parecía oir , pero estas connotaciones literarias nada tenían que ver, pues lo único que parecía representar aquel cisne era- a la vez- a Jesucristo crucificado, así lo llevaban en procesión el coro de pregrinos, y a la vez- sospechosamente- tenía un parecido con el águila imperial del nacismo ( las pelucas platino también, pero en fin, no sé si eran esas las intenciones ).

Como daba risa ver a Tannhauser con un disfraz distinto- parecía sobreentenderse que así se iba despojando de sus otras vidas de placeres, pero resultaba tan ridículo que a mi compañero de fila y a mí nos dió la risa tonta y no podíamos parar.
Una pena que un espectáculo que podría haberse quedado en la memoria como algo que nunca podrás olvidar, se desnaturalizara y corrompiera visualmente.

No quiero acabar sin decir que la Orquesta de Gran Canaria y su director - Pedro Halffter- nos dejaron apabullados, especialmente brillante fue la Obertura, tan hermosa, pero toda la interpretación fue de gran altura y con ese recuerdo quiero quedarme.