En Valencia, hacía un calor tremendo y lo del Mundial de Fórmula 1 funcionó tan plenamente que al no haber reservado hotel con antelación , nos encontramos con que no había ninguna plaza libre. Hugo no podía uinvitarnos pues comparte un piso de estudiantes y , desesperados porque ni en el Corte inglés tenían nada, llamamos al Ayuntamiento. !Bravo por Rita Barberá! Había previsto que acudirían muchos jóvenes y tenían abiertos los Colegios Mayores. Nos recomendaron el Galileo Galilei y , cuando críamos que íbamos a encontrarnos con una cutrería juvenil, vemos que el Edificio era magnífico, las habitaciones - muy amplias- se limpiaban a diario, con cambio de toallas y !hasta servicio de jabones y geles!, comedor precioso, muy amplio, luminosos y con ventanales a los jardines que lo rodean, y con unos desayunos monumentales ( también comida y cenas, pero de eso no hicimos uso ).
El entorno, espectacular. Un campus americano en toda regla : seis canchas de tennis, desde nuestro balcón se veía un maravilloso parque y un polideportivo cubierto, pistas de bicicletas, lavandería de monedas, en los bajos un Centro Comercial, heladería con terraza, restaurante...no sigo, fue como encontrarte con un Hotel de 5 estrellas cuando esperas tener que dormir en un cuchitril.
El entorno, espectacular. Un campus americano en toda regla : seis canchas de tennis, desde nuestro balcón se veía un maravilloso parque y un polideportivo cubierto, pistas de bicicletas, lavandería de monedas, en los bajos un Centro Comercial, heladería con terraza, restaurante...no sigo, fue como encontrarte con un Hotel de 5 estrellas cuando esperas tener que dormir en un cuchitril.
Valencia "se portó" : yo quería celebrar mi cumpleaños- total un año más y mucha vida por delante, espero- allí con Hugo, que está trabajando ya como enfermero titulado.
Cuando cogimos el taxi desde el Aeropuerto, eran las doce menos cuarto y empezaba a llover débilmente. El taxista se lamentaba de que justo acababa de lavar su coche y la llovizna se lo estaba dejando bonito. Fueron pasando calles y calles. La lluvia arreciaba. Empezaron los truenos y relámpagos cuando nos acercábamos al fin del trayecto.
De pronto, Luis me da un beso : !Felicidades! - me dice -, son las doce de la noche y es tu cumpleaños. En ese momento el cielo empezó a caer sobre nosotros. Era una gota fría en toda regla, anticipada a Septiembre y yo- que he visto algunos fenómenos atmosféricos muy raros en momentos especiales, me sentí recibida al nuevo año con todos los honores.
Cuando , pasada la Formula 1, fuimos a un Hotel de verdad, nos quedó pena dejar aquel ambiente juvenil y lleno de extranjeros.
A Hugo lo han contratado en una Clínica privada de lo más puesta, pero de lo más abusadora. Contratan en verano a menos personal del que necesitan y los explotan a fondo. Todos los días quedábamos a comer con él. Debía salir a las 3, pero era raro que llegara antes de las 4.
Afortunadamente, frente a la Clínica había un Restaurante, bastante aceptable y muy bonito y los camareros y el maître se hicieron amigos, pues nos veíamos a diario.
El pobre chiqui llegaba sonriendo siempre, pero tan cansado que en cuanto comíamos nos lo llevábamos al "hotel" a que descansara.
Ha adquirido mucha experiencia, casi todos los días cuenta algo "raro". No son cosas habituales las que ocurren en un Hospital, especialmente es un muestrario de Psicología humana y reacciones varias. De momento el personal médico, no sale bien parado. Al ser privado, debe ser que tampoco contratan los médicos necesarios, a juzgar por sus reacciones. ( Al día siguiente suelen disculparse por sus errores, pero los enfermeros de entrada lo pagan ).
Pienso en lo distinto que debe ser , trabajar, por ejemplo, en situaciones de desastre absoluto, como en Haití o Cuba después del Gustav y del Ike que han dejado arrasadas casas, hospitales y todo tipo de necesidades sin posible remedio inmediato.
Seguro que en esos casos la humanidad y solidaridad son los sentimientos naturales.
A nuestras Clínicas les falta eso y repartir buen humor, no necesario, IMPRESCINDIBLE, para recuperarse cuando estás tan desvalido.
Cuando cogimos el taxi desde el Aeropuerto, eran las doce menos cuarto y empezaba a llover débilmente. El taxista se lamentaba de que justo acababa de lavar su coche y la llovizna se lo estaba dejando bonito. Fueron pasando calles y calles. La lluvia arreciaba. Empezaron los truenos y relámpagos cuando nos acercábamos al fin del trayecto.
De pronto, Luis me da un beso : !Felicidades! - me dice -, son las doce de la noche y es tu cumpleaños. En ese momento el cielo empezó a caer sobre nosotros. Era una gota fría en toda regla, anticipada a Septiembre y yo- que he visto algunos fenómenos atmosféricos muy raros en momentos especiales, me sentí recibida al nuevo año con todos los honores.
Cuando , pasada la Formula 1, fuimos a un Hotel de verdad, nos quedó pena dejar aquel ambiente juvenil y lleno de extranjeros.
A Hugo lo han contratado en una Clínica privada de lo más puesta, pero de lo más abusadora. Contratan en verano a menos personal del que necesitan y los explotan a fondo. Todos los días quedábamos a comer con él. Debía salir a las 3, pero era raro que llegara antes de las 4.
Afortunadamente, frente a la Clínica había un Restaurante, bastante aceptable y muy bonito y los camareros y el maître se hicieron amigos, pues nos veíamos a diario.
El pobre chiqui llegaba sonriendo siempre, pero tan cansado que en cuanto comíamos nos lo llevábamos al "hotel" a que descansara.
Ha adquirido mucha experiencia, casi todos los días cuenta algo "raro". No son cosas habituales las que ocurren en un Hospital, especialmente es un muestrario de Psicología humana y reacciones varias. De momento el personal médico, no sale bien parado. Al ser privado, debe ser que tampoco contratan los médicos necesarios, a juzgar por sus reacciones. ( Al día siguiente suelen disculparse por sus errores, pero los enfermeros de entrada lo pagan ).
Pienso en lo distinto que debe ser , trabajar, por ejemplo, en situaciones de desastre absoluto, como en Haití o Cuba después del Gustav y del Ike que han dejado arrasadas casas, hospitales y todo tipo de necesidades sin posible remedio inmediato.
Seguro que en esos casos la humanidad y solidaridad son los sentimientos naturales.
A nuestras Clínicas les falta eso y repartir buen humor, no necesario, IMPRESCINDIBLE, para recuperarse cuando estás tan desvalido.