domingo, 17 de enero de 2010

Haiti, el infierno .

De nuevo el horror. El terremoto estrujó casas, planchó hospitales, chafó el Palacio del Presidente, aplanó la ciudad y se llevó por delante elCongreso con sus senadores dentro.

Todo está destrozado: ni siquiera hay quien gobierne , la ayuda es grande - el mundo entero lo hace- porque esta vez sí nos conmueve el horror cuando parecía que estábamos vacunados contra la empatía a fuerza de tanta imagen seudo-periodística que no buscaba sino subir el sharing de audiencia, aumentar la cuenta de resultados de las empresas informativas.

A los periodistas desplazados les ha cambiadola cara. Esta vez sí sufren con lo que ven y sienten.
El olor a cadáver se desplaza como densa nube, envuelve Puerto Príncipe ( !Qué nombre tan altisonante para un país al que el terremoto terminó de arrasar! Allí sólo hay príncipes de la pobreza más esquilmada...).

Los supervivientes llevan cuatro largos días clamando por AGUA. No llega la ayuda porque la logística no existe. Ni siquiera tenían ejército, de puro pobres. En Haití hay ONG,s más que en cualquier parte, por eso no entiendo que no estuvieran conectadas anteriormente. Me hace pensar en si de verdad ese tipo de pequeños organismos altruistas lo son , o si a su sombra viven muchos listos y viajan "solidariamente"con nuestras aportaciones.

Obama ha decidido enviar un gran contingente de sus ejércitos para vigilar el saqueo y prevenir los asesinatos por un trozo de pan, pues también se derrumbó la cárcel y salieron de ella los peores delincuentes , los que no tienen compasión.
También la ONU está empezando a patrullar. Pero en el aeropuerto más cercano de Santo Domingo los aviones se amontonan sin que haya quien organice su descarga y distribución.
La logística no ha funcionado hasta ahora.

Mientras, los últimos rescatados entre los escombros , salen con rostros congelados, sin un gesto , muertos en vida, aunque a sus valientes liberadores, los bomberos de Francia, Bélgica o España el rescate les dé una enorme alegría y, sin querer descansar, siguen extenuados en busca de otro y otro...Cuesta convencerlos de que deben desconectar, y además descansar.

Esta solidaridad debe seguir. Ahora debe ser la hora de Haití. El trabajo de demolición lo hizo la Naturaleza para que la reconstruyeran los hombres. ¿O la olvidaremos?