domingo, 26 de julio de 2009

Ballet Nacional de Hungria

El sueño de una noche de verano
Han pasado tres días desde que vimos la representación y aún estamos paladeándola. Si algo tiene elballet de muy especial, es la exigencia de la perfección, pues un arte tan visual acusa de inmediato cualquier imperfección. No fue el caso. Los solistas estuvieron a gran altura ( y dos de ellas literalmente, pues para ser bailarinas eran muy altas, pero...!qué belleza de baile! Sus cuerpos se movían con tanta ligereza como si fueran ingrávidos y , en especial la Reina de las hadas ( Kristi- ina Keveházi ) se movía con tal elegancia y con un cuerpo tan armonioso que era , en verdad, un hada etérea.
Puck ( David Miklós ) resultó un verdadero duende atolondrado y burlón. El resto de la compañía ( muy, muy numerosa ) tenía
la misma gracia y calidad que sus solistas y su director ( Gábor Keveházi ) tiene más que justificados sus numerosos premios como solista de ballet y como coreógrafo.

El espectáculo es completo. A la coreografía y escenografía de Gabor Forray hay que sumar la acertada combinación de la música original de Mendelssohn aunada a otros arreglos que incluyen canciones tradicionales y música isabelina, resultando un acierto esta fusión que cohesiona mejor la escena con la música.
Hay que destacar- de manera especial- el finísimo sentido del humor que , sin miedo a romper la composición clásica del ballet, aporta gracia con toques actuales aquí y allá , que llevan a la sonrisa y potencian la obra de Shakespeare, con alusiones a Romeo y Julieta de Zefirelli ( la escena de las bodas ) y la representación teatral en la corte de Hamlet ( teatro dentro del teatro ) con la misma idea : un grupo de pésimos actores representando una muerte, pero que aquí resulta graciosa y no trágica.
Se cierra el espectáculo con un homenaje: Un bailarín se adelanta hacia el público y deposita un libro- que evoca a Shakespeare_ y otro coloca encima de él un ramo de flores. El Arte rinde homenaje al Arte.