domingo, 14 de marzo de 2010

Miguel Delibes, como si fuera de la familia


Fotografía : Chema Conesa


Eso es lo que he sentido siempre al leerlo. Su lengua y su aire, tan castellanos, son algo que conozco bien.
Mi padre y su hermano Ludi serían la fusión que, en conjunto, diera un Delibes, no tan genial- literariamente hablando - pero sí humanamente.

Ludi era alto y delgado , muy guapo . Tenía dos pasiones : el campo y la escritura.
Papá tenía ese perfil delibeano, tan de Castilla, y su pasión por la caza era uno de sus rasgos, además al hablar , como fue criado en los campos salmantinos, empleaba esos términos que luego leí enDelibes, con una enorme riqueza de vocabulario y unas expresiones ricas y arcaicas, de un mundo rural al que me acerqué poco, sólo algunos veranos.

Si se hubieran conocido, la empatía afloraría sola.
Ludi colaboraba con el periódico salmantino "El Adelanto" y muchas noches se las pasaba en la redacción con Enrique Sena, el director.
Su trabajo en el campo no le permitió pasarse al periodismo, pero estoy segura de que allí hubiera estado a sus anchas.

Mi padre era un grandísimo conversador y su lengua, tan rica en expresiones del campo charro, fue lo que luego me permitió entender tan bien a Delibes : era un viejo conocido familiar.
Sus salidas a cazar perdices las contaba minuciosamente, deleitándose en el amanecer - él que era un gran dormilón- con una pasión aumentada con los años, pues su vida en la isla le impidió dedicar los fines de semana a la caza. También le atrajo la pesca de río, y las truchas que se preparaban en casa de tío Pío , venían de las jornadas que ambos hermanos pasaban en el Tormes.

Siempre admiré a Delibes. Como escritor y aún más, como persona.
Su integridad , el no querer saber de capillitas literarias , su deseo de no abandonar Castilla , no hizo sino aumentar mi placer al leer cualquiera de sus novelas.

No se llevó el Nobel. Como decía El Norte de Castilla : "El Nobel se merecía a Miguel Delibes" .
Esos premios llevan aparejada una labor de publicidad interesada, que nunca practicó. Tampoco el Gobierno hizo mucho, la verdad.

Su rechazo a Jose Manuel Lara por el Premio Planeta lo he podido leer estos días :

-¿Y usted, qué cree que pensarán de mí los otros escritores que se presenten al premio?-

-Nada. Que usted era mejor que ellos.-

- No, gracias. No podría aceptar un premio concedido de antemano.

Probablemente no soy fiel la la letra de la conversación, pero así fue la música.

Delibes no necesitaba de eso. En realidad no necesitaba ni la Real Academia.
Sólo quería vivir cerca del campo, pasear por el Campo Grande vallisoletano, ir a la redacción de "El Norte de Castilla" y los fines de semana salir con la bicicleta o cazar...
Un hombre fiel a sí mismo y a los suyos.

Sigue entre nosotros , como todos los grandes.