jueves, 17 de abril de 2008

Pequeñas cosas.

Tanto tiempo sin escribir y no ha pasado nada - si por nada entendemos vivir - así que ha pasado mucho y no lo he sabido ver . Para que vivir no se convierta en la rutina que nos mata , me pongo a contarme esas pequeñas cosas que han llenado los últimos días. Ayer nos reunimos las compañeras de Seminario- las siete magníficas- de los últimos años de trabajo. Juani sigue en activo y, a veces, le dejamos que meta baza contando algo referido al Instituto, pero casi nunca. Preferimos hablar de lo que ahora nos está pasando, pero de eso quiero hablar hoy.
No sé por qué, cuando el grupo es de más de dos y hay alguien a quien le está preocupando algo- y todas lo sabemos- de eso no se habla. Por lo tanto, la de ayer fue una reunión vacía, desde el punto de vista de la comunicación. Hablamos y hablamos de naderías o de temas ya sabidos, para no tocar temas sensibles - como dicen ahora los cursis políticos-.
Hasta que llegó Juani. Acaba de sufrir una caída en plena calle por posible pérdida de conocimiento- ella no lo sabe precisar- y está preocupada hasta que le hagan el consabido estudio. Pero ella venía a distraerse y, fiel a su estilo, fue al grano haciendo las mil y una preguntas que mis amigas llevaban toda la tarde haciéndose y sin atreverse a plantear. Es lo malo de no vernos todos los días : la amistad sigue, pero las reticencias aumentan.
Yo estaba al cabo de la calle de todos (o eso creo ) los pormenores, pero dejé a la entrevistadora audaz que siguiera su camino por el interés de las demás y porque si hablas y no callas ante tus amigas, la relación se mantiene como siempre, si no es así el distanciamiento será poco a poco, pero inevitable.
Paso a otro tema y es que una de mis amigas había grabado una entrevista que le hicieron por radio a mi hermana Flora. Me contó que estaba oyéndola tranquilamente, cuando todo lo que decía le pareció tan interesante que lo grabó, y mira por donde , ahora Flora, su marido y su hija podrán escucharla, pues en su momento no le dieron importancia y no la oyeron .
Me la trajo y , aunque en casa todos sabemos de su valía, el hecho de que la periodista le fuera preguntando cronológicamente por sus actividades me puso en evidencia lo MUCHISIMO que ha trabajado, la de proyectos en que ha intervenido- con éxito personal y a veces sin éxito real por haber dedicado muchos de esos trabajos a Instituciones Oficiales que después de hacerte trabajar, crear, solucionar imaginativamente mil problemas... deciden que no tienen dinero para financiarlo . Es muy característico de la política isleña, muy pocas veces se hacen proyectos de envergadura y se prefiere tirar por la calle de en medio o peor, no hacer nada. Tantas posibilidades naturales tiene esta ciudad y esta isla, pero no hay grandeza de miras en los que nos dirigen...Nadie se tira a la piscina de los grandes proyectos que la isla necesita. Parece que es cosa de la distribución presupuestaria entre las islas y es evidente que a Tenerife le han dado la vuelta en estos años de coalición canalla.
Cuando la entrevistadora le hablaba de estos temas, me sorprendió pues ahora lo mira con otra perspectiva. No se ha dejado vencer por el desánimo y sigue creyendo en lo que ve claro que la isla necesita, pero mira el futuro con esperanza y sigue creyendo en nuestras posibilidades de cambiarlo. Antes se dejaba llevar por su vehemencia y derrochaba energía a chorros defendiendo sus ideas- en eso la familia está cortada por el mismo patrón- pero la experiencia le ha enseñado: se pueden lograr cosas más lentamente, con paciencia y dejando que la gota insistente sobre la piedra, termine horadándola.
Además, en los últimos años ya no está pasando eso : a Flora la llaman de más altas instancias, de Venecia, del Ministerio , de Marruecos...y son proyectos que terminan llevándose a cabo tal y como los diseñó y además con gran éxito.
Esa conversación radiofónica me alegró el día. Es una de las pequeñas cosas que nos hacen vivir y alegrarnos por ello.