Tiempo sin escribir. Días y días que han ido pasando sin nada que reseñar. Es un tiempo vacío el que se va así, rápidamente, porque no ocurre nada que me despierte. Aunque hayan sido días de compromisos familiares, cena de Nochebuena, cena de Fin de Año, son sólo preocupaciones porque no falte nada, que yo- que soy tan mala cocinera- salga airosa tras ponerle mucho empeño, para que todos estén contentos de haber venido y se lleven un buen recuerdo de la noche.
Los regalos también se han llevado su tiempo en darle vueltas , indecisiones sobre el gusto de cada cual, tallas...Al fin, todo eso se ha acabado.
He leído Los hombres que odiaban a las mujeres, ese último éxito editorial : entretenida y bastante actual en los planteamientos de fondo, se lee de un tirón por los enigmas que se van planteando. Pero es sólo eso, literatura de pasatiempo y- como siempre- lo están vendiendo como el autor del siglo. Nada contra él, ha muerto sin conocer su éxito.
Hemos visto los dos homenajes a Puccini : el día de los tenores sólo nos faltó marcharnos.
La diferencia con el día de las sopranos -muy bien montado, voces, escenografía, hilo argumental y vestuario- hace pensar que se inventaron un día más , dedicado a las arias para tenor y sin más ni más lo encasquetaron en un solo paquete. Ni todos tenían voz, ni hubo escenografía alguna ni tenía continuación un aria con la siguiente . Esto se montó aprisa y corriendo al amparo del otro espectáculo - éste sí puede llamarse así- por pura mercadotecnia.
Por último, mi amiga me regaló sus entradas para ir al Cascanueces, bailado por el Ballet Imperial Ruso, no es tan bueno como el que vino el año pasado del Teatro Mariinski, pero también es verdad que en Cascanueces no se puede valorar tanto pues hay mucha interpretación y mímica y poco ballet, por estar dirigido especialmente a un público infantil, que se lo pasa en grande.
Estoy deseando verlos pasado mañana en Don Quijote. Seguro que no nos defraudarán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario